En 48 horas estaré en Cadiz. Voy a ver a mi hermana. Me he decidido y arrepentido más veces de las que mi amor propio me permite antes de sentirme como una niñata insegura e indecisa. Es una ocasión única, de esas en las que los planetas se alinean y el camino va señalizado con luces.
Me asusta aburrirme y tener ganas de salir corriendo con la niña a cuestas y sin mirar atrás, me asusta ir sola y saber que estaré lejos, me asusta el mar azul y profundo... Hablando con mi madre le he dicho que soy un pez de pecera. El océano para los demás, que yo me conformo con mis 20 metros cúbicos de agua, mi planta artificial y mi ánfora rota para dormir por las noches. En mi pecera todo es a mi manera, cuando yo digo y sin que nadie me diga qué tengo que hacer. He vivido demasiado tiempo con mis padres, a su ritmo, y ahora soy una antisocial. Estar con la gente no me desagrada si no me ocupan más de 3 horas de mi tiempo, necesito la soledad y el silencio de mi casa cuando la niña duerme, mis pensamientos nocturnos al abrigo de la noche, roncar mientras duermo, planchar en bolas y cagar tranquila.
Ir es un paso atrás, breve y pasajero, pero un paso atrás. No sé si estoy preparada para ello. Voy porque... no sé porqué voy pero... esta aventura a mar abierto lleva escrito mi nombre y me da más miedo perdérmela que vivirla. Creo que me aferraré a mi maleta, mi mp3 y los juguetes de la niña, como si de la tableta de oxígeno de mi pecera se trataran. Como consuelo me paso el día pensando en el pescaito frito jejejejejeje
Os veo en una semana ^^