viernes, 27 de febrero de 2009

Tuyo, mío

Hay personas que le ponen su nombre a los yogures para guardarlos en el frigorífico, a los bricks de zumo de naranja, a la cuña de queso semicurado, a uno de los tiramisú que traen de la compra, a la bolsa de ciertas galletas integrales... Yo lo entiendo si los que abren ese mismo frigorífico prefieren el queso de cabra curado, se han comido ya su tiramisú, dicen que el zumo de naranja no les gusta o tienen una bolsa para ellos solos de napolitanas pequeñitas que cuentan y recuentan para no compartirlas con nadie, y que encima no respetan todo lo citado con nombre más arriba.

Mi primera muñeca, mía, sin compartir con nadie, sin que ninguna visita se encaprichara de ella y se la llevara para devolvermela meses después rota, pintorrejeada o con el pelo a trasquilones, me la regaló mi suegra cuando yo tenía 24 añitos. Los demás juguetes siempre eran "nuestros", se guardaban todos juntos y mezclados en los taburetes de casa, y mi hermana y yo estabamos a todas horas discutiendo cuál era de cuál. Es curioso, la mayoría siempre eran suyos. A mí me tocaban los feos y destartalados, y estaban feos y destartalados porque a pesar de ser míos de verdad jugabamos las dos con ellos sin descanso. Los "suyos" casi eran de exposición.

Hay una edad en la que los niños desarrollan eso de jugar en grupo o con otros, sin pelearse demasiado, y normalmente ronda los 2-4 años. La edad de saber compartir no está definida y la de ser generoso altruístamente no existe. Yo me casé con un hijo único que jamás tuvo que desarrollar ese instinto de protección sobre su peluche favorito y mi hermana tiene un novio que plastificaría hasta sus dientes de leche para que los demás los tocaran lo justo... como diría mi madre: "Dios los cría y ellos se juntan". En mi casa las vitrinas están llenas de platos, cuencos y cristalería, en la casa de mi madre aquellos taburetes sólo guardan los juguetes más gastados y feos que quedaron... casi todos "míos".

Es cierto, y tengo que admitirlo, que muchas veces era verdad que los juguetes más bonitos eran suyos. Por eso de tener "dientes de conejo" mi tata le regalaba una muñeca o un pequeño pony cada vez que venía del dentista y le había sacado una muela o apretado las "tuercas". Yo sólo tengo tres empates, así que si había 5 muñecas sólo una era la mía. Me gustan mis dientes y ahora tengo 4 Bratz más que me compré a raíz de la que me regaló mi suegra, todas mías, mías y pronto de mis niñas... menos la primera, esa es de exposición XDDDDDDDDD

3 comentarios:

Unknown dijo...

Loquilla!!

Antes de comentarte nada... mira en la entrada anterior, que te he dejado esas webs que te dije...

En cuanto a tu entrada de hoy... por suerte yo también tuve que aprender ese instinto de supervivencia para salvaguardar mis juguetes. En general mi hermano y yo (mi hermana cuando nació yo ya tenía 11 años, así que he jugado con ella mucho menos que con mi hermano, se puede decir que ella ha sido mi primera y ,hasta el momento, única "hija"... A mis 11 años, mi madre trabajaba mucho, mi padre también, y yo, con mis 11 años, cocinaba cosas si era necesario, cuidaba de mi hermana, le cambiaba los pañales, la bañaba, le daba de comer... Esto cuando mi madre no podía estar. Por eso, aunque me llevo con ella fenomenal, jugar, lo que se dice jugar, no me ha tocado mucho de tú a tú... pero con mi hermano sí. Mi hermano es el que ha jugado conmigo cuando era pequeño y cuando mi hermana cuando seguía siendo pequeño pero ya iba creciendo (él tenía 7 años cuando ella nació)

Bueno, que me lío. El caso es que me alegro de haber tenido que aprender ese instinto. Creo que de haber sido hija única me habría aburrido como una ostra. Mi madre siempre dice que yo he sido la peor de los tres con diferencia. Con mis ojitos azules y mi pelito rubio, con mi carita de buena, era la que más trastadas hacía, nada grave, eso sí, pero con 7 años enseñé a mi hermano de 2 lo divertido que era saltar de una cama a otra (se rompió la clavícula), jugaba a tarzán y jane en las cortinas de casa (hasta que se descolgaban), me cortaba el flequillo yo sola porque mi madre lo odiaba (ese flequillo de las niñas tontas que se llevaba a principios de los 90 y que vuelve a llevarse ahora, que te cubre toda la frente), cuando por fin conseguí que el peluquero me lo cortara, como sabía que ella no me dejaría volver a tenerlo, me lo cortaba sola. Jugaba a maquillarme, me hacía la dormida para que mis padres no me regañaran cuando a las 2 de la mañana seguía sin poder dormir (siempre digo que si me quedé en 1,58 es porque dormía poco), cogía y fisgaba todo lo que había a mi alcance, me bañaba con mi hermano para llenar la bañera de playmobils y "pinypones" El barco pirata se hundía a causa de un maremoto que a mí se me ocurría hacer para que la lancha de rescate entrara en acción. Cuando el jaleo se oía en la calle de al lado y el agua salía por debajo de la puerta entraba mi padre y nos daba una colleja... Pero sin ellos como cómplices me habría aburrido... Uno de mis mejores amigos es hijo único y muchas veces, al hablar, me doy cuenta de que te pierdes muchísimas cosas siendo hijo único... El "placer" de echarle las culpas a otro, de confabular asaltos al fuerte de playmobil, de crear casitas de la nada... Mi infancia sin ellos habría sido un rollo :) Ser hijo único tiene sus ventajas, pero es mucho más divertido compartir tus juguetes y destrozarlos entre varios :)

Me ha gustado mucho tu entrada, malosilla. Creo que voy a actualizar mi blog de una vez :) Gracias, musa!

Malice dijo...

jajajajajaja Como adoro tus comentarios!! :D
Yo también tengo un "primer hijo" con el que me llevo 11 años y es como tú dices, jugar no juegas con él, lo más lo encaminas como madre prematura ^^U Yo creo que por eso nos llevamos bien como hermanos.

Gracias por hacerme recordar todo lo "malo" que hicimos de pequeñas y que una vez yo tuve una "mejor amiga" aunque todos los juguetes fueran suyos :) Yo tampoco podría ser hija única, a pesar de que sigo diciendo que yo no quería hermanos, sino un perro jajajajajajajjajaja

Besitos y actualiza, que me encanta leerte :D

María Martín Titos dijo...

Mel,piensa en que motivos la puede llevar a hacer esas cosas y apiadate de ella que todavia no ha encontrado su camino, en esta vida o aprenes o aprendes y esos celillos que tiene e ideas raras al final se dará cuenta que como en años anteriores su hermana mayor siempre ha estado ahí y que los mayores tambien nos cansamos de ser los protectores y tambien tenemos necesidades y no gusta que se porten bien con nosotros y dejen de comportarse como los pequeños. En finno se si he expresado bien lo que quiero decir, pero como hermana mayor y madre postiza me vienen muchos recuerdos y sensaciones. Bueno muchos besos y paciencia con estas hermanas raras que tenemos y los novios o maridos que tambien ayudan lo suyo,jejeje.un abrazo