jueves, 28 de agosto de 2008

Miniaturas

Se acaba el verano y el huerto sigue a su ritmo. Las tomateras se murieron hace tres semanas sin engordar tan siquiera los 5 tomates que habían dado. Parece ser que hacía falta proporcionarles azufre en cuanto empiezan con las flores, una cosa más apuntada para el año que viene ^^U

Eso sí recogimos nuestra primera berenjena y parece que vienen más de camino... ¿Dónde andan las abejas? A ver si hay suerte y estas flores no se mueren antes de empezar a engordar.

El sol y el calor no ha podido con ellas y nosotros no perdemos aún las esperanzas de hacer un buen pisto ^^


Para sorpresa nuestra ¡por fin! una de las plantas de pimientos se animó y como véis ya tenemos dos pimientos de asar en camino.


No sabemos si engordarán más, la siembra en maceteros no está dando el resultado que esperabamos...

Como ahora se lleva todo en miniatura, nuestras verduras caseras no podían ser menos. Cabe decir que el cuenco no tiene más de 10 cm de diámetro y los tomates no llegaron a tener el tamaño de una moneda de dos euros.


Sin embargo, no cambiaría la experiencia de cultivar por nada en este mundo ^^

lunes, 25 de agosto de 2008

Entre libros

En el pueblo han puesto una biblioteca. La verdad es que hacía falta, me hacía falta a mí que me vuelve loca el olor de los libros. Nos he hecho socios a los tres, enana incluida, para que nos obliguemos un poquito a leer más a menudo. Yo me he ido directa a la sección de juvenil jejejejeje No es que pase de las grandes novelas pero me tira más la literatura fantástica y he visto nada más subir las escaleras y en primera plana la trilogía de Philip Pulman, el de “La Brújula Dorada”. La niña se ha ido directa como un rayo a su zona, con banquitos pequeños y blandos, estanterías a su medida y muchos libros de texturas y Pocoyo. A todo le decía Ooooh, Ooooh, con esa boca de mono que me pone con los ojos de par en par. Cuando ha visto los de Pocoyo se le ha iluminado hasta el pelo y con la boca completamente abierta ha dejado escapar ese Uaaaah que tanto le gusta al padre. Me gusta que le llamen tanto la atención los libros, no sé si será una señal de que será una gran lectora pero ahí está el pequeño rayo de esperanza. Y digo pequeño porque los libros que tiene en casa están todos mordisqueados, con las esquinas romas de tanto redondearlos la mamá con las tijerillas para quitarles el cartón machacado que los 8 mini dientes trituran con tanta facilidad. Algunos dicen que la letra con sangre entra, yo espero que más que a la fuerza le entre, si tiene que ser así, por el estómago y con mucho gusto...

P.D.- El otro día, por la tarde, se puso a darle besos a su libro brillante de la selva. Casi me la como, ¿Porqué tienen que ser tan cojellos? ¡Leches! jajajaja

jueves, 21 de agosto de 2008

La puta sangre

De todas las cosas que no he entendido en esta vida la que más es lo de querer a las personas de nuestra familia porque son de nuestra misma sangre. Que yo sepa yo soy cero positivo y mis hermanos vete tú a saber... ¿Si mi abuela es AB negativo ya no debo de quererla?

Esto de la sangre y la familia imagino que es como lo de tener amigos hasta en el infierno, que hay que aguantarlos porque igual un día te salvan con una transfusión. A mí me gustaría tener horchata en las venas para mandar a tomar por culo a más de uno que en alusión a los genes y los cromosomas compartidos hacen de su capa un sayo y me joden el ánimo y lo que no es el ánimo... Al menos así sólo tendría que aguantar a los repartidores de Ché que además, como no me tocan nah, iban a pagar toda la frustación cromosómica que llevo dentro.

P.D.- Me pregunto si la clave de la felicidad eterna sólo la tienen los hijos únicos... y sólo ellos, porque yo hablo de genes y sangre pero a ver quién aguanta a su mama! Uis! Lo que he dicho!... En fin, dicho está...

lunes, 18 de agosto de 2008

Verbena

Este puente hemos estado de fiestas en el barrio. En los tres años que llevabamos aquí son las primeras en las que nos hemos integrado un poco más y yo me he aprendido algún que otro nombre más de los de mis vecinos. Soy como Dory, la de Nemo, tengo 3 segundos de memoria en cuanto a caras y nombres, ser mi vecino es frustante. Pero a cambio no me meto en tu vida, no cotilleo a la hora que vuelven tus hijos y no te quito el sitio cuando sacan todas las sillas a la plaza por las tardes para tomar el fresco...
Los que más se me quedan son los diminutivos en las mujeres (Fifi, Tere, Paqui, Leles...) y los compuestos en los hombres (José Manuel, José Emilio...). Yo no tengo la culpa, en España o todos somos Maris y Pepes o Cármenes y Manolos. Si mi vecina se llamara Melanie, yo me acordaría, aunque fuera para llamarle Melody o Noemí o Matilde como me han llamado muchas estos días jajajajajaja

De los 3 kilos que había perdido, he cogido uno con tanto pinchito y migas, pero ¡qué buenos estaban! Lo que más, las risas del sábado noche mientras el cantante contratado la cagaba con sus toques psicodélicos en las canciones más flamencas y ese Paquito que más que chocolate hacía churros mientras las "sin vergüenza" lo bailaban cada una para un lado. Se me borró el aire nostálgico del 15 de Agosto, siempre soñando con los cohetes y la playa y los viejos amigos y los botellones inocentes a la orillita del mar... A mí que no me quiten lo bailao pero que den más verbenas de pueblo, más cubatas a dos y medio y más árboles geneálogicos de vecinos.

P.D.- Lunes... nadie en la plaza, las mujeres no han ido al Ecoa al comprar todavía, el porculero del Ismael duerme y los del ayuntamiento se llevan los restos de las fiestas arrastrando las guirnaldas de flores de papel que tanto nos costó desenvolver... Ais! sacabó!

miércoles, 13 de agosto de 2008

Felicidad Felina

Con cuatro meses, la mayor felicidad de Keera consiste en desquiciarme y tenerme todo el día detrás de ella. Ya llega a todos sitios y si no llega lo intenta, salta y se queda suspendida de sus uñitas ya sea en el sofá, en las cortinas, en las sillas, en mi pantalón, arañándolo todo. Si no contamos que persigue y muerde la escoba cada vez que barro, que se mete en el recogedor y saca las migajas que me ha dejado recoger con tanto esfuerzo, que le tiene la guerra declarada a la fregona y a mis tobillos y que le encanta sacar los ajos, las cebollas y las patatas del carrito auxiliar sólo para que yo las recoja, podríamos decir que es tan encanto como bonita.


Pero si Keera es feliz con algo es puteando a la perra a través de las rejas. En eso le ha salido a Lluvia. Así que ahora son dos contra una y la perra loca perdida dando vueltas de un lado a otro porque no sabe a por cuál ir. A pesar de que Lluvia le triplica el tamaño, le ha quitado la cama, devora su pienso y dispone cuando hay que jugar. La siamesa se deja hacer y le permite su tiranía, yo creo que porque hacía tiempo que necesitaba otro gato en su vida. De estar todo el día al sol o vigilando como una estatua los gorriones, ha pasado a perseguir junto a Keera las cáscaras secas de los ajos, a escalar los sofás, a cazar moscas, a enroscarse y patearla en sus juegos de mordiscos y besos. ¡Quien pudiera disfrutar junto a ellas de esa felicidad felina! Por el momento, a mí me toca seguir barriendo sus destrozos...


domingo, 10 de agosto de 2008

¿Dónde va Vicente?

Vicente tiene entre 20 y 80 años, hombre o mujer, con pareja, sin pareja, casado, divorciado, viudo. A veces estudia, otras está parado, trabaja o se apaña como pensionista. Vicente va donde va la gente y la gente los fines de semana de Agosto ya sabemos todos dónde va...

El viernes por la noche, Yo fui Vicente. Ingenua de mí pensé que un día en la playa estaría bien y para ello urdí un plan "maestro" que nadie más conocía. Hicimos el trayecto en casi una hora y tres cuartos, cuando en invierno se tarda como mucho 40 minutos. La gente, Vicente, también piensa que bajando el viernes noche no se tendrá que chupar la cola de los sábados. Y es la verdad, la que te chupas es la cola de los viernes. Como borregos, todos en caravana. Al llegar al desvío para el nuevo tramo de autovía, caímos uno de tras de otro en la trampa. Sin ninguna señalización torcimos a la derecha y en vez de rodar por asfalto nuevo, rodamos por mitad de un pueblo. Catetos...
Con esto de ahorrar porque estamos en crisis me pregunto si no sale más barato quitar los semáforos de Torrenueva que seguir inaugurando tramos incompletos.

La vuelta, que fue rápida para sorprender al resto del ganado, no salió como esperabamos. La mitad de los Vicentes de este mundo también habían pensado subirse el sábado por la noche para no pillar las colas de los domingos, lo que nos llevó de nuevo a la desesperación mientras los más listos se colaban por la izquierda formando el típico cuello de botella al enlazar el tramo nuevo con la carretera. Si es que hay Vicentes y Vicentitos...






P.D.- La playa sigue igual, por cierto. Mucho calor, mucha gente,ningún aparcamiento y las terrazas a tope. Vicente es masoca, de eso no hay duda.

lunes, 4 de agosto de 2008

1997

Por aquel entonces yo debía de tener unos 19. Mi madre aún iba a las reuniones en el centro de yoga, donde se abrazaban y aprendían a decir no, llamándose yamines y visualizando su fe en una energía universal. La soja texturizada se me atragantaba con los espaguetis y escuchar la banda sonora de los pájaros del bosque me daba dolor de cabeza. Eso era lo que yo le decía mientras le cogía a escondidas los libros de Metafísica 4 en 1, en un intento desesperado por recomponer los mil pedazos en los que me había roto ese verano. Ni Conny Mendez ni Louise L. Hay tenían la clave de sobrevivir, pero me fascinaban los maestros lumínicos de largas barbas blancas que nunca llegué a ver. Soñaba con los horizontes más allá de mi nariz y el poder de cambiar el mundo con una sola imposición de manos. Me intrigaba la ingenua hipótesis de que toda la magia antigua seguía viva, trasmutada, en esas líneas subrayadas en fosforescente que circuncidaban aquellos libros “prohibidos”. Todo tenía un sentido tan divino y tan oculto que era imposible no excitarse con el solo pensamiento de haber descubierto algo único y que pocos conocían. Aquella fue también la época de las teterías y el olor a canela en los crepes, de las grandes verdades a susurros, de las visitas furtivas a la sección de libros de autoayuda fingiendo haberme perdido mientras buscaba los de literatura fantástica, de los marcapáginas con signos cabalísticos, de las revelaciones a la luz de una vela, de El Alquimista de Coelho que no consiguió que conectara con ese Universo que ayuda al que camina con ganas pero que me hizo adicta a sus libros. Como vino el maestro a enseñar al discípulo, así se fue un día con mis 19 años y sus verdades esmeraldas. El Nirvana con el tiempo se quedó sólo para los recopilatorios de música y para aquel Kurt Cobain que tuvo demasiada prisa por alcanzarlo. He sido muchas cosas, por aquel entonces yo era más de lo que decía y menos de lo que pensaba...


viernes, 1 de agosto de 2008

Minutos



Tenía ganas de hacer un poema en media luna. Yo no los conocí hasta hace poco, no tenía ni idea de que se puede pintar la poesía :)